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Integración sí, pero la nuestra primero

La integración entre países hermanos como el nuestro y Argentina es necesaria, innegable y debe ser con sentido de desarrollo futuro. Pero la historia reciente ha demostrado que no siempre nuestros vecinos actúan con igual sentido de compromiso que los chilenos.

Basta recordar el incumplimiento de la habilitación del paso Almanza-Puerto Williams desde los años 90, que no se ha concretado y ha imposibilitado la integración de nuestros compatriotas con el resto del país al no poder pasar por la provincia de Tierra del Fuego argentina y llegar al resto de nuestro territorio.

No siempre se cumple la reciprocidad tan buscada por la diplomacia, ya que la conectividad entre los argentinos se hace gracias a la Ruta CH257 (actualmente en pavimentación), y la nuestra debe esperar la construcción del camino a Yendegaia.
Al respecto, el Mop ha instruido al Cuerpo Militar del Trabajo (CMT) el avance a través de dos frentes, el primero de norte a sur que ha avanzado al sur del Lago Fagnano, y el segundo de sur a norte desde la Caleta 2 de Mayo, donde en su momento no se pudo avanzar por la negativa de la Fundación Yendegaia, debiendo iniciar un proceso de expropiación el 2007 que generó las condiciones para proyectar el trabajo de este frente. Afortunadamente, la misma Fundación donó recientemente al fisco de Chile sus terrenos, lo que permite planificar el desarrollo y poblamiento de este punto estratégico para la conectividad hacia la isla Navarino.
Para quien no conoce el mapa de esta parte del país, preciso que la Caleta 2 de Mayo (donde hay sólo un retén fronterizo de Carabineros) está situada en el borde de la bahía de Yendegaia a sólo 4 kms. del límite fronterizo, y a sólo 5,5 kms. del Parque argentino que termina en Lapataia (situado a 22 kms. de Ushuaia con una población de 70.000 habitantes y con turistas durante todo el año). Al fondo de la bahía descarga el río Yendegaia proveniente del glaciar homónimo, y se sitúan lo que fueron las instalaciones de la Estancia Yendegaia, hay una pista de aterrizaje pequeña en mal estado, y es un punto del trazado del camino que permitirá integrarnos regionalmente. Ambas infraestructuras distantes a 12 kms. de la Caleta 2 de Mayo.
Después de recorrer este verano la Patagonia argentina y chilena, ver que la ruta 40 no tiene más de 20% con buen estándar (pavimentado), siendo la ruta argentina que acortaría nuestra distancia terrestre con la Región de Aysén y con el resto del país, y constatar que no es prioridad su mejoramiento, sostengo que el frente sur del CMT debiera empezar desde el fondo de la bahía Yendegaia junto al aeródromo, y no desde Caleta 2 de Mayo. Hay que acercarse al canal Beagle y no a la frontera mientras no tengamos una ciudad o un pueblo en Yendegaia.
Ushuaia sólo tiene un pequeño glaciar, y en nuestro lado de la isla hay muchos. Si ellos han crecido gracias a su marketing y el turismo, por qué no hacemos lo mismo desde la Estancia Yendegaia, pero con normas sustentables ambientalmente, y con criterios geopolíticos. Sólo una vez que tengamos un polo de desarrollo debiésemos avanzar a la frontera (Caleta 2 de Mayo), porque el avance en el sentido actual que tiene planificado el CMT y el Mop, acerca Yendegaia a los argentinos y sus turistas, y no acorta la llegada al canal Beagle que es lo que anhelan nuestros compatriotas en Puerto Williams.
No estoy en contra de la integración con nuestros hermanos argentinos, pero al igual que ellos, debemos trabajar y pensar en nuestra integración primero, desarrollar nuestra visión de desarrollo, y luego en complementarnos con más integración con nuestros vecinos. Ni más, ni menos, simplemente reciprocidad.

Por: Juan Francisco Miranda