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$1.038 millones aprueban para modernización del Aeródromo de Puerto Williams

Con aplausos se aprobó la normalización del Aeródromo Guardiamarina Zañartu de Puerto Williams en la segunda sesión del año del Consejo Regional, donde se destacó que se trata de un proyecto vinculado al Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas, apoyado por la Presidenta Bachelet. La iniciativa contempla un ensanchamiento de la pista y una ampliación y modernización en la sala de embarque, con el fin de que se asemeje a la de un aeropuerto internacional.

Gracias a la iniciativa con cargo de recursos de Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), la inversión asciende a $1.038.112.000, según el estudio realizado por la Comisión de Infraestructura, Patrimonio y Desarrollo Territorial.
Para el consejero regional representante de la Antártica, Rodolfo Moncada, esto viene a solucionar un problema que ocurre desde hace varios años, destacando su conformidad con la aprobación, porque “no es sólo un proyecto que habla de normalización, sino que también contempla aspectos de seguridad, ampliación de la pista y la sala de embarque, pero no da respuesta a lo que se requería que era el alargue de la pista. Sólo espero que no tengan que pasar 30 años para poder ver el proyecto terminado”, subrayó.
En ese mismo contexto, la consejera Patricia Vargas indicó que “efectivamente Puerto Williams está teniendo una inversión bastante importante”, precisando que a raíz del Plan de Zonas Extremas existe un compromiso por parte del Ministerio de Obras Públicas y de la Presidenta Bachelet, de una segunda etapa del proyecto, que consiste en el alargamiento de la pista.
A su vez, el consejero Marcelino Aguayo apoyó lo planteado por su colega, señalando que es “un proyecto necesario e importante, pero claramente no es lo que buscaba la comunidad, porque el tema de fondo es la ampliación de la pista, pero estamos contentos de que se implemente porque es uno de los compromisos de quien representa la Comisión de Zonas Extremas”.
Reacciones del Consejo
La mayoría de los consejeros aplaudieron la moción, y muchos de sus integrantes, entre ellos Marcelino Aguayo, Nicolás Gálvez y Patricia Vargas, felicitaron la participación del Ministerio de Obras Públicas, poniendo énfasis en una decisión política muy necesaria. Gálvez destacó que “en lo que respecta a las zonas extremas estamos llegando a la altura, con una decisión política que soluciona un problema real”. Aguayo destacó también que la Presidenta Michelle Bachelet “ha dado un ejemplo de descentralización con toda la inversión pública que está haciendo en Puerto Williams”, lo que permite que las zonas más ignoradas formen parte importante del Plan de Desarrollo a nivel nacional.
Desacuerdos y problemas técnicos
A pesar de la aprobación de un proyecto que debería estar terminado el 2017, el consejero representante de Puerto Williams advirtió que no era lo que buscaban las autoridades ni la gente. Se trata de una normalización que significa cambiar la torre de su actual posición hacia más o menos la mitad de la pista; ensanchar la pista de un metro por lado; generar una zona de seguridad de 60 metros en cada cabezal y dejar terminado el diseño del alargue de la pista.
“Este ha sido un avance, porque en el proyecto original de zonas extremas no estaba considerado el diseño del alargue, y eso se solicitó de parte de los consejeros regionales, y se accedió finalmente”, reveló Moncada. El problema recae en que no va a haber un despegue y aterrizaje adecuado de los Bae -vuelo charter hacia la localidad- en aproximadamente dos años, dependiendo de la fecha del inicio de las obras.
Al parecer, el problema de conectividad va a empeorar para los pobladores de la zona, por lo que eventualmente se tendrá que “coordinar de manera que vaya el Twin Otter -avión más pequeño- dos a cuatro veces al día o cuando sea necesario. Y eso también tiene su complejidad”, afirmó.
El procedimiento tendrá que ser así: el personal de obras estará trabajando en la normalización del aeródromo y, mientras aterriza la aeronave, la labor debería ser paralizada, para continuar hasta que otra despegue nuevamente. Esto deberá repetirse tres o cuatro veces al día, lo que podría ocasionar una significativa lentitud en el desarrollo del proyecto.
Otra solución sería cortar el procedimiento de los vuelos a Puerto Williams y dedicarse a la construcción de la obra, pero eso significa saturar la comuna, lo que es impensado para la comunidad. La solución es entonces trabajar a intervalos entre la construcción y el despegue/aterrizaje de las naves.
Por último, es necesario hacer las consultas pertinentes a los pobladores de la comunidad indígena, ya que se estaría interviniendo un territorio que es Yagán, y el convenio señala que debe obtenerse la venia de la comunidad.
Reacción de la comunidad
La población de Puerto Williams no está al tanto del proyecto total, ellos cuentan sólo con el alargue de la pista. El consejero Moncada puntualizó que no sabe si ellos tienen claro que esto es una normalización, un ensanche y cambiar la zona de embarque un kilómetro más hacia Navarino, sin embargo, “esto va a permitir a los Bae aterrizar dentro de norma, a diferencia de la actualidad. No es la solución que queremos todos, queremos que esta pista sea un aeropuerto de carácter internacional donde pueda aterrizar un Boeing, un Airbus o un vuelo internacional”.
La nueva sala de embarque permitirá que trabajen 30 funcionarios y será adecuada para ser como un aeropuerto bien hecho.