Señor Director: Consecuentemente a su editorial del 31 de octubre pasado donde se explaya sobre el hecho que la Comisión de Zonas Extremas de la Cámara de Diputados va a pedir a la Presidenta extender la fibra óptica hasta el territorio antártico chileno, le informamos que en Puerto Williams, esta noticia remeció considerablemente a la parte de la población que intentan todos los días hablar por celular o conectarse a Internet
que intentan todos los días hablar por celular o conectarse a Internet (es decir, aunque no lo crea: casi todo el mundo). Estos masoquistas que por desesperación aún no se suicidaron, cayeron en profunda depresión o se tiraron más sencillamente en el canal Beagle, deben seguir regalando mensualmente su dinero a Entel para un servicio que no funciona, o rara vez. Recordemos que dicha empresa no solamente cobra a los “usuarios”, pero que igual recibe una cuantiosa subvención del Estado, por lo cual la estafa es doble (= doble ganancia para la empresa, ¡obvio!). Pensar en una suerte de fiscalización por parte del Estado parece una novela de ciencia ficción…
 Por ende, y mirando con una sana envidia a sus vecinos del sur, algunos pobladores williamenses están trabajando en conformar un Comité de Emigración Masiva hacia Antártica, lo cual ya tiene numerosos interesados en postular para buscar hacia el continente blanco oportunidades de comunicaciones que no existen en Puerto Williams. Gracias a la participación de algunas de nuestras autoridades (Gobernador, Consejo Regional y Subsecretaría de Telecomunicaciones, entre otras) en no resolver este antiguo problema que se agudizó fuertemente durante estos últimos meses, podemos temer en el futuro, pues, un potente movimiento migratorio desde Puerto Williams hacia Antártica.
 Hasta que se rumorea que allá, se podrá descargar documentos para las tareas de los chicos, mirar videos e incluso, algunos iluminados aseguran ¡que se podrá hablar por Skype! ¿Será para tanto?
Si es así, será una verdadera Tierra de telecomuni-promisión…

 Denis Chevallay, habitante de Puerto Williams


Nota: Como estoy tratando de enviarle esta misiva por Internet, es posible que no llegue nunca entre sus manos. Por la duda, imprimo una copia y la guardo en una botella que tiro al mar: creo que de esta manera, tendrá más posibilidad de llegar a su destino y, ¿quién sabe?, surtir efecto. En todo caso gracias a la persona quien encontrará esta botella, por entregarla al diario La Prensa Austral, calle Waldo Seguel 636, Punta Arenas, Chile.